sábado, 6 de mayo de 2006

Un poliladron del novecientos

Siete y el tigre harapiento” de Leonardo Oyola, es una tragicómica historia en la que se mezclan, musicalmente, compadritos y policías.

Por Daniel Viglione

Cuando por las noches sale a tocar la Orquesta del Gato Cabezón, toda la ciudad se sume en un silencio profundo; sus habitantes, dejando el camino libre a cada uno de los integrantes de esta banda, se ocultan rápido en esa cada vez más oscura noche porteña. El Tigre Harapiento y sus secuaces darán un concierto estelar… y claro está, siempre puede ser la última función.

Este es el clima constante que eriza cada página de Siete y el Tigre Harapiento, la trágica y burlona novela de Leonardo Oyola, finalista del Premio Clarín de Novela 2004, en el que obtuvo la tercera mención por parte del jurado integrado por Ángeles Mastretta, Andrés Rivera y Antonio Skármeta. Según el escritor chileno, Siete & el Tigre Harapiento es “una obra que enfrenta, con gestos del grand-guignol, a compadritos asesinos contra la policía, en un derroche de humor y violencia digno de una película de Quentin Tarantino”.

Con un ritmo de prosa ágil y muy entretenida, la obra se transforma rápidamente en una novela en la que el lector toma partido por un bando o por otro; cada uno de los personajes “caricaturescos, carismáticos, cínicos, crueles, trágicos” –como los señala el mismo Oyola en la contratapa del libro-, son a un mismo tiempo agradables y sospechosos, seductores y maliciosos. Simón “el Tigre Harapiento” Lebón, los hermanos Sastre –Juan, Rogelio y “la Hiena” Andrés- “el Rubio” Nicolás Rodas y “el Pituco” Enzo Maqueira, está demás decir que infunden temor y respeto cada vez que salen a tocar con la banda.

Pero en la vereda de enfrente, el Inspector Vals, el subcomisario Gallo, el sargento Ferrara y una docena más de policías completan todo el universo de este mordaz, intrincado y sangriento policial invadido, constantemente, de signos cinematográficos, televisivos y musicales; de hecho, el título del libro se remite al tercer disco de Duran Duran y cada capítulo lleva el nombre de alguna de sus canciones.

En la novela, Oyola relata una serie de crímenes atroces –en los que no faltarán miembros cercenados ni mensajes escritos con la propia sangre de las víctimas- en los que deja entrever que, sin duda, fueron perpretados por un transfondo de intereses políticos y fraudes electorales

“Mi universo –escribe Oyola- es el del folletín. Y sus habitantes son unos chiquilines que andan armados y no precismanete con juguetes. Hablamos de juegos, y este bien podría ser el que se plantean el gato y el ratón (…) A los caballeros que se animen a jugar este partido, que al orejear las páginas del libro encuentren que son del mismo palo. Sumen y canten flor. Y a todas las damas: un cabeceo con guiño pícaro de un ojo, invitándolas a bailar esta milonga en la que marca el ritmo la Orquesta del Gato Cabezón”.

Con humor corrosivo y cruda violencia, “Siete y el Tigre Harapiento” –primera novela de Leonardo Oyola- deja un interrogante abierto y que nunca parece cerrarse: ¿Cuándo dejará de haber policías corruptos o bandas de matones a sueldo?


OYOLA BÁSICO
BUENOS AIRES. 1973. ESCRITOR.
Su primera novela, Siete y el Tigre Harapiento, fue finalista de la séptima edición del Premio Clarín de Novela 2004. Entre 815 trabajos presentados, obtuvo la tercera mención decidida por el jurado de honor integrado por Ángeles Mastretta, Andrés Rivera y Antonio Skármeta. De su obra, permanecen inéditos los relatos de El Otro Far West, el romance ¿Por qué no puedo ser vos? y su segunda novela Hacé que la noche venga. Actualmente, escribe Canciones de Fe y Devoción.


Publicado en la Revista Ñ, en el nro. 136 correspondiente a la edición del sábado 6 de mayo de 2006.