martes, 29 de enero de 2013

Lecturas para el verano...

...según los escritores argentinos. Leonardo Oyola, Sebastián Robles, Federico Andahazi y María Teresa Andruetto brindan claves literarias para leer en tiempos de descanso, con textos que apelan al terror y al thriller, las obsesiones, la reconstrucción histórica y la desolación del amor, escritos tanto por autores consagrados como por nuevos talentos.

...Leo Oyola, autor de "Kryptonita" considerado uno de los mejores libros en 2011, apuesta por "El mosto y la queresa" de Mario Castells. "Es una historia sencilla con paraguayas que nos enamoran perdidamente con su andar, voley en el campo, palabras dulces en guaraní, cuatreros, un machismo jurásico todavía vigente, bailes, casamientos varios y pistolas que se disparan solas".



También va por "La culpa es de Francia" (Emecé) escrito por Washington Cucurto, que para Oyola, "se mandó un policial sin dejar de lado la firma de su realismo atolondrado; en el que el protagonista es capaz de convertirse en un simio gigante a lo Dragon Ball, se mete bala porque sí y hay dos patas negras de antología: los Federico Quispe & Tugurio".
Finalmente, el escritor considera a "La laguna" de Carolina Aguirre. "Es un thriller asfixiante sobre un pobre tipo que para salvar su trabajo miente. Y la cosa se le va de las manos", cuenta sobre este folletín en seis entregas que se puede leer gratis online en blog de la revista Orsai...

lunes, 28 de enero de 2013

Las 9 preguntas de Eterna Cadencia


El autor de Kryptonita responde nuestro cuestionario de nueve preguntas a escritores.
leonardo oyola
Continuamos con el cuestionario de nueve preguntas a escritores. Hoy responde Leonardo Oyola, autor de Hacé que la noche vengaSantería yKryptonita, entre otros.

¿Qué título de otro autor te hubiera gustado para un libro tuyo?
El Que me vengan a buscar de Manuel Morini. Da pararse de manos, a full. Y hubiera estado mucho más que chévere para lo que yo hago, ¿no?

¿Qué música escuchás cuando escribís?
Mientras escribo, ninguna. Antes, cuando digo “me voy a poner a escribir”, sí soy de escuchar mucho mientras reviso mis notas. Sé armarme una banda de sonido para cada novela -¿lo que ahora le dicen playlist?- Busco contagiarme de ritmos. Ver que me trasmiten esas canciones. Últimamente volví bien al Oeste: Springsteen, Fogerty, Tom Petty & The Heartbreakers. “Algún rayo” de La Renga. El folclore de Tonolec y de Doña María. Ritmos nuevos para mí como los de Kanye West y The Weeknd (así, sin la letra E final).

¿Qué libro es ideal para leer en el baño?
Yo leo revistas cuando me siento en el trono. Salvo que me haya agarrado la necesidad con el libro que ya tenía en mano y que no lo pueda largar… Lo que conjugaría dos necesidades a la vez: la fisiológica y la de terminar lo que estoy leyendo.

¿Cuál es tu sitio web favorito?
Cuando funcionaba bien, Cuevana.

¿Cuál es el video de youtube que más reenviaste a tus amigos?
Pego en muros de amigos o mando en mails a la gente con la que laburamos o a personas queridas videos de canciones y de bandas de los 80. Como acá lo único más parecido a tener MTV era la hora diaria de Música Total en canal 2 se nos pasaron muchos clips. Algunos increíbles. Otros que dan vergüenza ajena. Pero sobre todo lo que tienen es mucho sentimiento. Es muy loco verles finalmente los rostros y sus respectivas estéticas a artistas que no fueron tan populares como los nombres que se recuerdan con más frecuencia. El último con el que estoy muy enganchado es uno de Icehouse: “Azúl eléctrico”. (Deschava la edad ser de la época en la que se presentaban los títulos en castellano).

¿Cuál es tu puteada favorita?
Soy bastante malhablado. Una cloaca en la jeta. Qué sé yo. Calculo que seré espontáneo cuando me pongo a ladrar.

¿Qué serie recomendás y por qué?
Desde borrego que me encanta mirar series de televisión. Evidentemente tengo algo especial con las británicas: empezando por Los Vengadores y Los Profesionales, pasando por el Prime Suspect con Helen Mirren, hasta llegar aInside Men y Luther. De esta última, cuando termina la primera parte más que temporada, preferí no seguirla para quedarme con esa sensación enorme que me dio el cierre de esa historia por más que estaban todos los elementos para continuarla. Esas actuaciones, ese desenlace y Nina Simone pidiendo que por favor no la malinterpretemos quiero mantenerlos intactos. Dejarlos así. Congelados.

¿Qué hace que un día haya sido un buen día?
Me quedó grabada una línea de diálogo en la que un Coronel pregunta cuál es el mejor método para desactivar una bomba y un soldado le responde: “cualquiera que no la haga explotar”. Me dedico de lleno a escribir. Soy un privilegiado. Ojota: que también tengo que andar detrás de un cobro, tengo problemas económicos, discusiones, pérdidas, distanciamientos… como todo el mundo. Vivo con lo justo. Pero vivo de lo que soy y de lo que me gusta hacer. Cuando tengo pesadillas, la más recurrente, es haber vuelto a trabajar en los lugares donde lo hice. Por eso un buen día es levantarse y leer, escribir y compartir. Lo que tengo la suerte de hacer a diario.

¿Nos mandás una foto de tu lugar de trabajo?
escritorio oyola

sábado, 26 de enero de 2013

miércoles, 23 de enero de 2013

domingo, 20 de enero de 2013

En la Revista 7D de Tiempo Argentino


-¿Qué le asusta de la lluvia?
-Su composición química
-¿y cuál es?
-Hidrógeno dos, oxígeno uno y recuerdos mil.

MARC, LA SUCIA RATA. De José Sbarra. 

Como Laiseca -para muchos de los que formamos parte de este momento- José Sbarra además de periodista y guionista de televisión fue un maestro de escritores. Tuve la suerte de conocer a uno de sus discípulos más queridos: el gran Guille Del Zotto. En uno de los Circos de Poesía que Del Zotto organiza en su ciudad, Olavarría, escuché en vivo fragmentos de este libro de Sbarra; hasta hace poco difícil de encontrar. Desde esa fría noche de sábado, el último de un agosto de 2011 si la memoria no me traiciona, quedé hechizado con la oralidad del relato. Y con este personaje capaz de mezclar y de generar tantas emociones cruzadas. Una bipolaridad que lo hace oscilar entre lo más amargo y una dulzura propia de un asesino serial de diabéticos.  Siempre, en su discurso ante la autoridad, con salidas genuinas más que geniales. El diálogo entre Marc y un oficial de la policía, sus reflexiones y situaciones, solo interrumpido por las historias breves de los pro y los contra de hacer dedo; pudo recobrarse gracias al trabajo de Walter Lescano al frente de la Editorial Mancha de Aceite que rescató este título fundamental del autor fallecido en el 96. Por eso se los deseo a ustedes donde quiera que estén de vacaciones.  Porque uno aprendió que es obligación compartir lo mejor.