En julio, volvemos a España.
viernes, 30 de mayo de 2008
jueves, 29 de mayo de 2008
Tras los libros
Gozo, dolor y gloria...
Lo que opina sobre Gólgota Tania Sánchez Cháidez.
A ella y a todo el equipo del programa, muchas gracias.
Lo que opina sobre Gólgota Tania Sánchez Cháidez.
A ella y a todo el equipo del programa, muchas gracias.
domingo, 18 de mayo de 2008
miércoles, 14 de mayo de 2008
lunes, 12 de mayo de 2008
domingo, 11 de mayo de 2008
Me están siguiendo detectives
Con la aparición de la colección Negro Absoluto, dirigida por Juan Sasturain, vuelven los policiales negros argentinos. Detectives atípicos, climas urbanos, marginación social, crónicas de la década infame son algunos de los ingredientes que se reúnen en las primeras cuatro entregas de la colección. A continuación, los autores presentan sus libros y hablan del desafío de crear detectives diferentes en un país como la Argentina.
Nota de tapa publicada en el suplemento Radar de Página 12.
Para leerla, pinchar acá.
Nota de tapa publicada en el suplemento Radar de Página 12.
Para leerla, pinchar acá.
viernes, 9 de mayo de 2008
La pandilla salvaje
Runnin’ down a dream
Dirigida por Peter Bogdanovich
Los doscientos cincuenta seis minutos que dura el documental del realizador de Texasville –sí, sí: más de cuatro horas- tienen un momento emblemático en el que se capta a pleno el secreto del éxito de una banda cuyos tres miembros originales aún siguen juntos despues de cuarenta años. Ahí está el clip de Here comes my girl, el primer corte de su tercer disco –Dawn the torpedoes, una expresión belicista utilizada para avisar que se va a toda máquina- en donde se lo ve a Tom Petty contándole a cada uno de los demás músicos sobre su chica; cómo si estuviera en un bar y, cerveza mediante, se abriera y largara todo con aquellos con quien se siente a gusto, con los que son sus amigos y camaradas. Esos con los que diez años atrás empezaron a encerrarse en la pieza de uno para hacer covers de ídolos con los que terminaron tocando juntos y hasta produciendo. Unos pibes del sur que, con mucha suerte apoyada en su laburo constante, lograron mucho más de lo que hubieran imaginado la primera vez que se pusieron a zapar.
Atorrantes, más bien forajidos, absolutamente compradores como para poder salir bien parados de cada una en las que se metieron; desde la inolvidable anécdota de toda la falopa con la quie se abastecieron en Amsterdan y de cómo intentaron llevarla a Berlín pasando por el robo/reclutamiento descarado del bajista de Del Shannon, por sus peleas contra las multinacionales de las que eran prácticamente esclavos, peleas entre ellos mismos por sus egos y sus peleas con otros colegas que les pidieron que les hicieran una canción y que el mismo Petty después de escribirlas se negara a dárselas porque les terminaban gustando mucho. Así de infantil. Así de hermoso.
Verlos junto a Roy Orbison componiendo la emocionante You got it solo al ritmo de palmas, la impresionante experiencia de la Travelin’ Wylburs con el imbatible Handle with care calando hondo o de cómo se pusieron al servicio de Bob Dylan y de Johnny Cash respectivamente para ser su banda durante sus giras –no como banda soporte sino como la banda que los acompañaba durante el concierto- es único. Y ahí están los testimonios de George Harrison, Eddie Vedder, Johnny Depp, Stevie Nicks, productores y mucho más; para subrayar el legado de estos chicos fanáticos del rocanrol old school y de los western de John Ford, de estos forajidos del sur que como Jesse James o Wyatt Hearp -como todos esos con los que compartieron escenario, estudios y experiencias- hoy ya son leyenda.
Leonardo A. Oyola
Publicado en el Nro. 122 de la edición argentina de Rolling Stone.
Mayo de 2008.
jueves, 8 de mayo de 2008
Ciclo en CC Malvinas La Plata
A partir de hoy y los jueves de mayo el Auditorio del Centro Cultural Malvinas se convertirá en un espacio literario destinado a difundir a jóvenes escritores argentinos. Los encuentros se realizan bajo el título "La Joven Guardia" y en el marco del ciclo Cuatro Ficciones, que promete sostener mes a mes un eje temático con presentaciones de libros, debates y la presencia de escritores.
El ciclo comenzará hoy a las 19.30 con la participación de autores de la generación de recambio del mundo literario nacional. Juan Terranova, Ricardo Romero, Leonardo Oyola y Daniel Krupa serán los encargados de discurrir sobre temas que van desde la realidad del panorama editorial argentino hasta sus propias experiencias como noveles autores además de presentar sus recientes obras que estarán a disposición del publico en una feria que promete crecer con el transcurrir de las charlas.
El escritor platense Ramón Tarruella oficiará de moderador y junto a miembros del grupo editor Mil Botellas lleva adelante esta original propuesta cultural que intenta convertirse en algo más que un refugio para enterados.
Para los próximos jueves de mayo, el ciclo "La Joven Guardia" alista los siguientes nombres: Jueves 15: Mariana Enriquez, Samanta Schewblin, Hernán Ronsino y Flavio Mogetta. Jueves 22: Oliverio Coelho, Mariana Mariasch, Hernán Vanoli y Eric Schierloh. Jueves 29: Pablo Toledo, Juan Incardona, Fernando Alfán y Facundo Bañez.
De la edición de hoy del Diario El Día.
miércoles, 7 de mayo de 2008
martes, 6 de mayo de 2008
lunes, 5 de mayo de 2008
Choque de dos mundos
José María Marcos escribe sobre la presentación de Berazachussetts en la Feria del Libro.
domingo, 4 de mayo de 2008
Novelas con sangre nacional
literatura Juan Sasturain presento la coleccion Negro Absoluto
El escritor y periodista dirige la serie que ya alumbró cuatro títulos: El doble de Berni, de Elvio Gandolfo y Gabriel Sosa; Los indeseables, de Osvaldo Aguirre; El síndrome de Rasputín, de Ricardo Romero; y Santería, de Leonardo Oyola.
Por Silvina Friera
Una nueva colección de literatura policial, Negro Absoluto, dirigida por Juan Sasturain, se presentó en la Feria. Los fanáticos del género tienen razones para festejar este acontecimiento con cuatro novelas: El doble de Berni, escrita a cuatro manos por Elvio Gandolfo y Gabriel Sosa; Los indeseables, de Osvaldo Aguirre; El síndrome de Rasputín, de Ricardo Romero; y Santería, de Leonardo Oyola. “La literatura policial argentina –-la de Borges, la de Arlt y Walsh– se merecía una colección de novela en la que, después de El Séptimo Círculo, Evasión, Rastros, Cobalto o Serie Negra, se asesine y se haga justicia usando exclusivamente sangre nacional –dijo Sasturain–. Que por fin las cosas, también en la ficción, hayan pasado, pasen o pasarán acá a la vuelta.” La novela de Oyola transcurre en vísperas de la navidad de 1996 en una parte de la ciudad poco frecuentada por los turistas, la mayoría de los porteños y la literatura en general: la villa Puerto Apache, pegada a la Costanera Sur, los barrios contiguos y otra villa del barrio de Flores, El Jabuti. La narradora, Fátima Sánchez, conocida como La Víbora Blanca, “es una bruja que tira las cartas, ve visiones y sabe cómo va a morir; la cuestión es averiguar cuándo, dónde y por qué”, explicó el autor.
“Siempre hay algo que uno exorciza en lo que está escribiendo. Hay una mujer de temer, hay satanismo y muchos tiroteos, creo que es más o menos lo que fue mi primer matrimonio. Pero sobreviví”, bromeó Oyola. “Leo tiene un aire pesado, es el Enrique Medina del 2000”, acotó Sasturain. En el caso de Aguirre, el escritor y periodista rosarino contó que Los indeseables tiene como protagonista a Gustavo Germán González, cronista de la sección policiales del diario Crítica de Botana, considerado “un periodista sin escrúpulos”, capaz de hacer cualquier cosa por una primicia. “Como los sueldos en el diario eran muy malos, eso hacía que hayan hecho cosas que hoy veríamos con malos ojos, como establecer relaciones muy estrechas con rufianes o con policías cuestionados. Quise acercarme al mundo del delito sin prejuicios, sin moralina, sin creer en nada –señaló Aguirre–. No quería hacer una novela histórica, sólo aprovechar los datos de la década infame como disparadores de la ficción”. Romero confesó que fue un desafío escribir El síndrome de Rasputín, novela que transcurre en un 2012 post Bicentenario, en una Buenos Aires con autopistas cortadas, muchas lluvias y dos obeliscos, “como si el futuro fuera una foto corrida”. Un grupo de nacionalistas incendia el barrio de Constitución e intenta hacer lo mismo en el barrio de Once. “Los tres personajes tienen síndrome de Tourette, el síndrome de los tics nerviosos, pero no participan de las comunidades de apoyo a los enfermos porque no quieren tomar la medicación para curarse. Los tres trabajan de noche, tienen oficios muy solitarios. Uno es un guardia de seguridad, otro es discjockey en boliches clandestinos que están los subsuelos del subte, y el tercero trabaja en una empresa de computación. Y la novela justamente empieza con él porque lo acusan de un crimen que no cometió”, sintetizó el autor. ¿Por qué Rasputín? Romero recordó que costó matar al místico y cortesano ruso. “Lo apuñalaron, lo balearon, lo envenenaron y después de castrarlo lo tiraron al río, donde por fin lograron matarlo. Veo en Rasputín el tic supremo de sobrevivir pese a todo.”
“Si no escribía con otro, no llegaba ni en pedo”, confesó Gandolfo, sobre El doble de Berni, que, como buen policial, arranca con la muerte de un pintor, admirador de Berni. Un amigo del muerto, Jorge Lucantis, sobrevive a desgano en Rosario con un negocio de productos new age, pero por pedido de la viuda tiene que cobrar un dinero de un galerista porteño. “Siempre me interesó como lector y cuando escribo que el género tenga algo más, el peligro es que la trama se coma lo demás. Casi todo el género que hay es sueco y hay crímenes rituales extravagantes, casi nunca es policial a la vieja usanza. Hay mucho menos sanata en la ciencia ficción que en los policiales”, comparó Gandolfo. Oyola admitió que los nacidos del ’60 para acá, “somos una generación que no podemos negar la influencia del cine y la televisión, y en mi caso en particular todas las novelas que escribí las pensé como si estuviera planteando un western”. Romero coincidió: “Uno se crió con el cable y sesenta canales y eso inevitablemente hace algo con el imaginario. Las buenas series de televisión tienen mucho del folletín que se leía en el siglo XIX, pero hoy nosotros vemos Lost”.
Publicado en el diario Página 12.
El escritor y periodista dirige la serie que ya alumbró cuatro títulos: El doble de Berni, de Elvio Gandolfo y Gabriel Sosa; Los indeseables, de Osvaldo Aguirre; El síndrome de Rasputín, de Ricardo Romero; y Santería, de Leonardo Oyola.
Por Silvina Friera
Una nueva colección de literatura policial, Negro Absoluto, dirigida por Juan Sasturain, se presentó en la Feria. Los fanáticos del género tienen razones para festejar este acontecimiento con cuatro novelas: El doble de Berni, escrita a cuatro manos por Elvio Gandolfo y Gabriel Sosa; Los indeseables, de Osvaldo Aguirre; El síndrome de Rasputín, de Ricardo Romero; y Santería, de Leonardo Oyola. “La literatura policial argentina –-la de Borges, la de Arlt y Walsh– se merecía una colección de novela en la que, después de El Séptimo Círculo, Evasión, Rastros, Cobalto o Serie Negra, se asesine y se haga justicia usando exclusivamente sangre nacional –dijo Sasturain–. Que por fin las cosas, también en la ficción, hayan pasado, pasen o pasarán acá a la vuelta.” La novela de Oyola transcurre en vísperas de la navidad de 1996 en una parte de la ciudad poco frecuentada por los turistas, la mayoría de los porteños y la literatura en general: la villa Puerto Apache, pegada a la Costanera Sur, los barrios contiguos y otra villa del barrio de Flores, El Jabuti. La narradora, Fátima Sánchez, conocida como La Víbora Blanca, “es una bruja que tira las cartas, ve visiones y sabe cómo va a morir; la cuestión es averiguar cuándo, dónde y por qué”, explicó el autor.
“Siempre hay algo que uno exorciza en lo que está escribiendo. Hay una mujer de temer, hay satanismo y muchos tiroteos, creo que es más o menos lo que fue mi primer matrimonio. Pero sobreviví”, bromeó Oyola. “Leo tiene un aire pesado, es el Enrique Medina del 2000”, acotó Sasturain. En el caso de Aguirre, el escritor y periodista rosarino contó que Los indeseables tiene como protagonista a Gustavo Germán González, cronista de la sección policiales del diario Crítica de Botana, considerado “un periodista sin escrúpulos”, capaz de hacer cualquier cosa por una primicia. “Como los sueldos en el diario eran muy malos, eso hacía que hayan hecho cosas que hoy veríamos con malos ojos, como establecer relaciones muy estrechas con rufianes o con policías cuestionados. Quise acercarme al mundo del delito sin prejuicios, sin moralina, sin creer en nada –señaló Aguirre–. No quería hacer una novela histórica, sólo aprovechar los datos de la década infame como disparadores de la ficción”. Romero confesó que fue un desafío escribir El síndrome de Rasputín, novela que transcurre en un 2012 post Bicentenario, en una Buenos Aires con autopistas cortadas, muchas lluvias y dos obeliscos, “como si el futuro fuera una foto corrida”. Un grupo de nacionalistas incendia el barrio de Constitución e intenta hacer lo mismo en el barrio de Once. “Los tres personajes tienen síndrome de Tourette, el síndrome de los tics nerviosos, pero no participan de las comunidades de apoyo a los enfermos porque no quieren tomar la medicación para curarse. Los tres trabajan de noche, tienen oficios muy solitarios. Uno es un guardia de seguridad, otro es discjockey en boliches clandestinos que están los subsuelos del subte, y el tercero trabaja en una empresa de computación. Y la novela justamente empieza con él porque lo acusan de un crimen que no cometió”, sintetizó el autor. ¿Por qué Rasputín? Romero recordó que costó matar al místico y cortesano ruso. “Lo apuñalaron, lo balearon, lo envenenaron y después de castrarlo lo tiraron al río, donde por fin lograron matarlo. Veo en Rasputín el tic supremo de sobrevivir pese a todo.”
“Si no escribía con otro, no llegaba ni en pedo”, confesó Gandolfo, sobre El doble de Berni, que, como buen policial, arranca con la muerte de un pintor, admirador de Berni. Un amigo del muerto, Jorge Lucantis, sobrevive a desgano en Rosario con un negocio de productos new age, pero por pedido de la viuda tiene que cobrar un dinero de un galerista porteño. “Siempre me interesó como lector y cuando escribo que el género tenga algo más, el peligro es que la trama se coma lo demás. Casi todo el género que hay es sueco y hay crímenes rituales extravagantes, casi nunca es policial a la vieja usanza. Hay mucho menos sanata en la ciencia ficción que en los policiales”, comparó Gandolfo. Oyola admitió que los nacidos del ’60 para acá, “somos una generación que no podemos negar la influencia del cine y la televisión, y en mi caso en particular todas las novelas que escribí las pensé como si estuviera planteando un western”. Romero coincidió: “Uno se crió con el cable y sesenta canales y eso inevitablemente hace algo con el imaginario. Las buenas series de televisión tienen mucho del folletín que se leía en el siglo XIX, pero hoy nosotros vemos Lost”.
Publicado en el diario Página 12.
sábado, 3 de mayo de 2008
viernes, 2 de mayo de 2008
Friday I'm in love
Una colección dirigida por Juan Sasturain
Tenemos el agrado de invitarlo a la presentacion de la colección
- El doble Berni (Gandolfo & Sosa)
- Los indeseables (Osvaldo Aguirre)
- Santería (Leonardo Oyola)
- El síndrome de Rasputín (Ricardo Romero)
Tenemos el agrado de invitarlo a la presentacion de la colección
el viernes 2 de mayo a las 21:30 horas.
Sala Victoria Ocampo (Pabellón Blanco 1º Piso)
Predio Ferial de la Sociedad Rural Argentina
Santa Fe 4201 / Sarmiento 2784 / Cerviño 4474
Ciudad de Buenos Aires
Titulos de la colección:
- El doble Berni (Gandolfo & Sosa)
- Los indeseables (Osvaldo Aguirre)
- Santería (Leonardo Oyola)
- El síndrome de Rasputín (Ricardo Romero)
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