lunes, 31 de diciembre de 2007

domingo, 30 de diciembre de 2007

sábado, 29 de diciembre de 2007

Quintín


Habitación 22 se merecía este reconocimento.
Y el resto de la banda, también.

domingo, 23 de diciembre de 2007

Entrevista con un vampiro

Publicada en la sección cultura del diario Perfil.

jueves, 20 de diciembre de 2007

martes, 18 de diciembre de 2007

domingo, 16 de diciembre de 2007

Vía No-Retornable


OJOS NUEVOS PARA LA LITERATURA
sobre Buenos Aires/ Escala 1:1
Antología (Editorial Entropía, 2007)

Por Nicolás Raúl Correa

Primero: Una antología que da cuenta de la mayor parte de los barrios de Buenos Aires es, efectivamente, un mapa que construye un recorrido y una multiplicidad de experiencias. Eso es la presente obra. Un compilado homogéneo que realiza el trabajo unánime de revitalizar la literatura. Y desde allí hacemos pie sobre la nueva escritura emergente que viene levantando polvo. Pero no es sólo eso. Es más.

Si avanzamos, parcialmente, desde la construcción de los personajes que plantea La calle de los maniquíes de Federico Levín, veremos que, casi como un calco, las experiencias se repetirán hasta el final de la antología, aunque con las sorpresas necesarias que puede darnos Oliverio Coelho en “Diario de Boedo”, o “Animetal” de Leonardo Oyola y hacia el final “Walter y el perro dos narices” de Juan Incardona. El resto de las obras cumplen y trazan la misma línea: Personajes que describen puntos y referencias a lugares ejemplares de Buenos Aires como Palermo, o Parque Patricios o Retiro, que en sí mismos son bastante meritorios por su tradición, para elevar al creador. Por eso he dicho que revitaliza la literatura, ese es el trabajo de estos jóvenes escritores, darle un nuevo sentido a lo cotidiano y a su vez, fuerza a nuevas generaciones. Lavarle la cara al entramado de historias que golpean lo cotidiano y habitual, despejar el campo para volver a barajar las posiciones de la realidad de los escritores.

Segundo: “First the First” diría Animetal. Lógicamente, es inevitable pensar que una antología supone riesgos inevitables. Riesgos económicos, seguramente. Riesgos de que muchos lectores huyan despavoridos, aunque no es el caso por dos motivos: El primero simplemente, por que no todos los escritores que participan de la obra son desconocidos y segundo, porque la lectura de uno de los cuentos, supone la necesidad de la lectura del próximo (y esto se observa en la calidad de los trabajos) por naturalidad, por sorpresa, por sentido ilativo, por mera curiosidad. Considerando el riesgo que supone realizar una antología, destacamos que esta viene a reivindicar el pensamiento que supone dicha recopilación y es en la unidad temática que propone, donde gana crédito. No se pierden los nombres porque sin ir más lejos, la temática misma, los ata a un recuerdo, a un barrio. Buenos Aires/ Escala 1:1, gana en todo el sentido de la palabra, porque aprovecha el total de sus páginas para resemantizar el recorrido de las maquinas, de los colectivos, ese recorrido que todos hacemos a diario o hicimos: Los barrios. No hay perdida.

Entrando en la cueva donde moran los textos que pronto añadiremos a nuestro inconsciente, cuando al pasar por Jean Jaures y Corrientes o por el Bajo Flores recordemos ese nombre que va a titilar y nos traiga a cuento una historia joven, de un joven escritor. Entrando en esa cueva, donde Leonardo Oyola nos recibe con “Animetal”, nos recibe y no deja que confundamos un Japonés con un koreano, porque es bien Koreano, allí el sentido de pertenencia es tan grande como la antología misma. El saber y la experiencia de los personajes llevan de la mano entre la realidad del barrio, entre las verdades que encierran los paraguayos y las otras vicisitudes de una noche cualquiera. Pero la pertenencia es insalvable. “Híbrida” dirán, porque el personaje es un Koreano, “No” podemos responder, porque lo que se renueva y resuelve es toda una imagen y una geografía.

Y una geografía es la que dará Oliverio Coelho en las andanzas por Boedo y la construcción que realizará en cada bar donde deposite su presencia. Porque en cada lugar donde se detiene esparce las entrañas de su ser y allí queda el creador. Es el autor que merodea las calles y con cierta nostalgia revive, a modo de diario personal, las hazañas de un andar lleno de vida. Es la nueva ciudad la que se descubre, la mítica que va a dar cuenta de sus rarezas y novedades.

Entonces, como una ráfaga, “La traición de Calubio” de Maximiliano Tomas, recordará las traiciones más añejas, más esperanzadoras, más redentoras. Es la traición de un hombre y de un problema que parece no tener solución pero encuentra su salida, indefectiblemente, en el áspero cruce con la memoria. Es la fuerza de lo impensable ante la humanidad de la inocencia, del joven que confía y muchas veces no premedita.

Tercero: Eso es nuestra antología Buenos Aires/ Escala 1:1. Los barrios por sus escritores, un acerbo de jóvenes promesas (y presentes realidades) que avanzan sobre un campo ya construido, ya prestablecido y quizá algo añejo, que pide a gritos se devuelva su inocente mirada. La lectura de la obra nos presta sus ojos nuevos y nos recuerda las sensaciones que se pueden tener, las nuevas miradas de nuestra geografía y de nuestra literatura.

Entonces, cuando lleguemos al final de las líneas, cada personaje tiene una historia real que quedará inmortalizada en los anales de un barrio, de unos nombres que se mezclarán para dar cuenta de una época y de que algo naciente se venía dando, algo que hoy, es presente. El escritor que es personaje y que es un barrio.

Cuarto: Una antología. Un barrio único. Ojos nuevos para la literatura

sábado, 15 de diciembre de 2007

viernes, 14 de diciembre de 2007

miércoles, 12 de diciembre de 2007

martes, 11 de diciembre de 2007

lunes, 10 de diciembre de 2007

viernes, 7 de diciembre de 2007

Magic


“(…) Me acuerdo del nacimiento de mi hijo. Fue conmovedor. Uno de los pocos momentos en que experimenté un amor absoluto sin nada de miedo. Me asustaba olvidar ese momento, pero no sucedió nunca. El recuerdo de ese día y las posibilidades inherentes a cada momento duran para siempre. Entonces, en una buena noche, cuando la banda toca de verdad muy bien, hay un momento en que te volvés parte de un acto colectivo de la imaginación, y cuando te vas, algo de eso permanece con vos. Y podés activar esa sensación en cualquier momento que lo necesites (…)”.

Lo dijo el Jefe en una entrevista. Bien lo podría haber declarado uno. El 29 de agosto de 2005 en el que llegó Ramón es inolvidable. Aún hoy genera cosas. Lo mismo me pasa con recuerdos puntuales de los recitales que dimos con el Quinteto, las Velardas, los Villancicos Vrutales, el poblado de los Chicos Cabezones en Los Mudos, la presentación de In fraganti y lo que hacemos en el Mantis, en especial ese con Incardona y Bossi. Escribo Gólgota y me siento muy bien de poder hacerlo. Estoy en paz con quién soy yo. Ojalá esta novela me salga tan buena como el último disco de Springsteen.

jueves, 6 de diciembre de 2007

Anuario RS 2007: libros


Oyola, Romero, Funes, Molina y Levín: la narrativa hecha recital.

Fiebre antológica, shows de narrativa, mitos revisados… ideas, títulos y personajes del año literario. Por Natalí Schejtman.
Algo sobre el Pacha, los Mudos y el Quinteto en la Rolling Stone Nro. 117. Pág. 152.

martes, 4 de diciembre de 2007

lunes, 3 de diciembre de 2007

domingo, 2 de diciembre de 2007

viernes, 30 de noviembre de 2007

martes, 27 de noviembre de 2007


jueves, 22 de noviembre de 2007

miércoles, 21 de noviembre de 2007

Pararse de manos


1.¿Con qué caso trabajaste?

“Matador” tiene como punto de partida lo sucedido en el motín de Sierra Chica liderado por los apodados Doce Apóstoles en la Unidad Penal Nro. 2 de Olavarría, durante la Semana Santa de 1996. Es uno de los motines más sangrientos de la historia penitenciaria argentina. Sobre todo por la barbarie de lo ocurrido durante los ocho días que duró el levantamiento, el efecto dominó en las otras cárceles de la provincia de Buenos Aires y los demás motines que encabezaron los Apóstoles durante sus respectivos traslados. El juicio también es un capítulo aparte. Las instancias orales con medidas de seguridad extremas para evitar fugas o que ellos atacaran al juez, a los fiscales y testigos, el hecho de mantenerlos enjaulados en la sala como animales, sus declaraciones jocosas, el abanderar que nada tienen, nada pueden perder…

2. ¿Lo conocías antes de afrontarlo para la antología? ¿Cómo lo investigaste?

Sí, claro que lo conocía. Cuando Diego me convocó para la antología y me contó cuales eran las reglas para trabajar el relato, me gustó el hecho de ficcionalizar un caso sin utilizar los nombres verdaderos de los implicados. “Que el lector después diga: ah, esto era…” fue la consigna. Y eso me dio mucha libertad. Lo de Los Doce Apóstoles daba para una novela. Por eso me concentré solo en uno de los hechos para no perder potencia, dejando de lado todo lo leído previamente sobre el caso. Había terminado de escribir “Chamamé” (publicada en España por la editorial Salto de Página), y en uno de sus capítulos cuento una historia de cuando los protagonistas estaban guardados. El desafío que me propuse fue el de lograr algo diferente para el relato de In fraganti. En “Matador” el argot tumbero encolumnado en la letra del tema de los Fabulosos endulza lo que fue mi verdadera intención: mostrar la capacidad que tenemos todos para ser crueles. Y en exceso.

3. ¿Cuál es el crimen que más admiración te despierta?

Mi viejo es de Tucumán y el siempre me contaba las andanzas de Mate Cocido. Creo que esas historias más lo visto en el Zorro de Guy Williams y la fe en el Gauchito Gil de los vecinos que tuve me despertaban cierta pasión por el delincuente devenido héroe popular. La noción de justicia es tan maleable que por eso necesitamos creer en este tipo de íconos llamados a equilibrar la balanza de forma más directa. Un ideal ingenuo. Un ideal, a fin de cuentas. Tan viejo como los bosques de Sherwood. El delincuente old fashion. El que maneja códigos. A ese respeto. El que no soguea. El que no tiene la necesidad de mostrarse poronga. “El que se la da al que tiene la astilla y no al que le hace falta”. Al que es laburante en lo suyo y no se mete con los que son trabajadores de otros gremios. Con la gente que hizo diferencia rompiéndose el lomo.
A los que son Sres. Chorros admiro. Los que afanan bancos o caudales. Los que hacen los deberes para no disparar un tiro. Los que tienen la frialdad para ejecutar un plan ajedrezístico. Los que tienen las pelotas para frenar un tortugón. Los que hacen lo necesario tanto para no lastimar físicamente a nadie como para llevarse el botín al rancho. Pero, sobre todo, admiro a los que se compraron una nueva oportunidad, a los que dejaron de ser cabeza de tacho y no volvieron a reincidir.

La entrevista en su sitio original, acá.

martes, 20 de noviembre de 2007

viernes, 16 de noviembre de 2007

lunes, 12 de noviembre de 2007

jueves, 8 de noviembre de 2007

Pinta tu aldea

Por Carolina Sborovsky

Desde hace un tiempo, la nueva generación de narradores denominados por la primera antología que los reunió como “la Joven Guardia” viene demostrando que la ficción porteña se renueva con auspiciosa vitalidad. A partir del suceso de esa primera selección, siguieron varias otras como la femenina Una terraza propia (Norma), la picante En Celo, sobre sexo, editada por Mondadori que acaba de sacar In Fraganti, a partir de resonados casos policiales argentinos. La consigna de Escala 1:1 (Entropía), esta vez, fue contar los barrios de Buenos Aires. Aquí la “Joven Guardia”, ya ampliada, dibuja un mapa literario, una travesía de veinticinco relatos alejados de cualquier guía turística. Fijados con la precisión del cronista atento, cada uno es una muestra de fidelidad a las calles tantas veces recorridas donde conviven la capacidad de observación, la sensibilidad para el ritmo y el desenfado para contar.

Entre toda la paleta, algunos textos son verdaderos hallazgos, como “Eleven”, de Natalia Moret, quien elude tics de chica sexualmente liberada y da una ingeniosa vuelta de tuerca a ese clisé; “Animetal”, el genial cuento en el que Leo Oyola crea un potente voz lumpen (e incluso la parodia) en una helada noche en el Bajo Flores; “Capacidad de adaptación”, un agudísimo micro- memoir de Sonia Budassi; “Autocine” del también actor Mariano Pensotti y “En la santería”, la filosa excursión a la sordidez barrial de Hernán Vanoli. La primera persona y las anécdotas casi mínimas en la mayoría de los relatos da a esta antología un tono bastante íntimo, en algunos casos nostálgico o de reflexión en voz alta que, junto con el estilo llano, directo y el leve cinismo para tratar ciertos temas caracterizan a esta nueva generación. Quizás otros relatos, menos afortunados, vuelvan algo despareja la calidad total de la colección, o de a momentos algunos (pocos) la vuelvan monocorde; sin embargo esa heterogeneidad, creemos, puede ser tomada como parte de la consigna y el riesgo de la antología.

La Buenos Aires que se dibuja es contradictoria, festiva, cruel y bestial. Heterogénea y fascinante, cada relato arma figuras caprichosas en el vertiginoso calidoscopio de nuestra urbe. Como advierte el escritor y compilador Juan Terranova: “Buenos Aires incluye tanques de agua teñidos de óxido, terrazas llenas de macetas, calles bien y mal iluminadas, parques reciclados, avenidas y edificios, personajes excéntricos y para cada uno de sus habitantes, la poética del recorrido privado. Además, sus aldeas, a las que llamamos barrios, generan sus historias y sus formas de desprecio y seducción”.

Publicado en el nro. de noviembre de Wicked BA.

martes, 6 de noviembre de 2007

Congreso


lunes, 5 de noviembre de 2007

Leones para corderos

Casa de Celia Dosio & Juan Terranova.
Festejos de las antologías "Buenos Aires Escala 1:1" e "In fraganti".
Un aplauso para el asador y los autores.

sábado, 3 de noviembre de 2007

I believe



Hermanos: la paz esté con vosotros.
Estamos aquí reunidos, en esta humilde morada del Señor conocida como La Ratonera, para celebrar un acto de fe.
Cuatro forajidos.
Cuatro.
Utilizando sus mejores armas para pelear por algo en lo que creen.
Cuatro forajidos.
Cuatro.
Que adoptaron la identidad de una criatura de Dios.
El alma de ese arbusto. El Tamarisco. Y de él, su simpleza, y la parte más jodida de cumplir, la resistencia.
La resistencia. El aguante.
Y la fe. Creer.
Anchos bravos si los hay.
Bueno: estos cuatro forajidos.
Cuatro.
Definitivamente creen.
Se tienen fe.
Por algo en primera instancia…
Estos cuatro forajidos.
Cuatro.
Son escritores.
Como los otros cuatro forajidos.
A los que han editado. Y de quienes en esta jornada de gloria y alabanzas, en esta jornada de celebración, estamos presentando sus respectivos relatos y novela.
Leer es un acto de fe.
Escribir también es un acto de fe.
Porque en las dos acciones fundamental es el hecho de creer.
En lo que hacemos. En nosotros mismos. En la palabra impresa, en el mundo que nos propone cada libro que sostenemos en nuestras manos.
Esta noche damos fe de que el señor Federico Falco, allá en su córdoba natal, tocó el pelo de la virgen.
Le creemos a Celia Dosio cuando nos cuenta el día que Perla voló.
Y leemos en las cicatrices de Damián Terrasa las huellas de la marca del milagro.
Milagro.
Milagros.
Milagro, lo que se dice milagro, sería que los mudos les digan a los sordos que los ciegos los están mirando.
Y eso pasó. Marca del milagro fue la lectura de Terrasa en otro templo, el del Conventillo de Teodoro. El miércoles a la noche.
Escucharlo a Terrasa narrar en su argeñol como la banda de Chicago le birlaba un trapo a la hinchada de Morón, uno que decía “Del Gallo hasta las bolas”…
Fue raro.
No apto para hombres de poca fe.
Insisto: fue raro.
Como si Yul Brynner, vestido de negro de pies a cabeza botas y sombrero incluidos, entrando a un bar del lejano oeste mientras desenfunda ladrara en gallego: “¡Que les den por culo!”

Hablando de Yul Brynner: ¿nunca vieron “Los Siete Magníficos?
¡He ahí la palabra del Señor, hermanos!
A mi esa película me da de todo.
Siete tipos que pelean como setecientos.
Que van hasta el final, de frente.
Y los que no llegan, mueren en la suya.
El villano de turno, después de desarmarlos, les advierte en un momento de la película, para que no vuelvan más: “solo un loco comete el mismo error dos veces”.
Y después le pregunta al personaje de Yul Brynner por qué hacen lo que hacen.
El pelado no le contesta.
Tampoco los otros pistoleros.
El único que le contesta a ese sorete es el inigualable Steve McQueen:

-¿Por qué lo hicieron?

-Una vez conocí a un tipo que se puso en pelotas y después se tiró de culo sobre unos cactus. Le pregunté lo mismo: “¿por qué?” Me dijo que le había parecido una buena idea. Que se tenía fe.

Obvio que los Siete Magníficos vuelven a terminar lo que empezaron.
Lo que su antagonista les dijo que era un error… lo van a cometer por segunda vez.
Porque los Siete Magníficos son locos peligrosos.
Y además tienen pelotas.
Como los cuatro forajidos.
Cuatro.
Que, para el entender de este ignorante pecador, subir su libro de relatos y “Toronto no” en PDF para que los bajen gratuitamente es lo más parecido a caer, voluntariamente, de culo a un cactus.
No sé si es una buena idea.
Lo que si demuestra es que se tienen mucha fe.
Ahora aguanten.
De su arbusto nunca olviden la resistencia.
Tamariscos: las armas y las diestras de los Dos Cachivaches y el tigre a su disposición.
Siempre.
Esta noche, es en el nombre de Violeta.
De Sonia.
De Félix.
Y Hernán.
Amén.
Que así sea.

Leído en La Ratonera. El viernes 2 de noviembre de 2007, durante la presentación de la colección Simples de Tamariscos, acompañado por los inigualables Millán y Pandolfelli. El Rusi y Poca Vida. Dos cachivaches.

viernes, 2 de noviembre de 2007

Oxidado


jueves, 1 de noviembre de 2007

La previa a la ratonera


Les debemos una moneda grande a los Tamariscos.

miércoles, 31 de octubre de 2007

Fue primicia: "Berazachussetts"

Aquella vez, sobre cinco, fueron tres para discípulos del conde.
Ahora, el Lea lo hizo otra vez. ¡Que grande el pendejo!
¡Teconocracia! ¡Monitor! ¡Triunfo!

Me verás caer


lunes, 29 de octubre de 2007

Matador


domingo, 28 de octubre de 2007

jueves, 25 de octubre de 2007

Buenos Aires me mata

Editorial Entropía y FUNCEB invitan a

Buenos Aires
escala 1:1
en la FUNCEB

Jueves 25 de octubre / 19hs/ FUNCEB/ Esmeralda 969.

Leen Marina Mariasch, Iosi Havilio y Félix Bruzzone.

En su doble compromiso con el territorio y la narrativa, los relatos que integran Buenos Aires/ Escala 1:1 proponen la yuxtaposición de dos cartografías complementarias: aquella que busca representar un espacio y aquella que deriva en la invención de una literatura. El plano formal ofrece un recorrido geográfico por las calles de Buenos Aires, una travesía por sus barrios; o, si se prefiere, un dispositivo textual para reconfigurar el modo de interpretar una ciudad.
Cuentos, apuntes, diarios personales:
breves ficciones que dan cuenta –de forma explícita, oblicua o incluso decididamente abstracta– de ciertas particularidades urbanas, demográficas e idiosincrásicas. De manera simultánea, Buenos Aires/ Escala 1:1 va trazando una suerte de catastro de la narrativa argentina actual. Aunque es posible encontrar tradiciones, confluencias y discordancias en las piezas reunidas en esta antología, tanto en los estilos como en los abordajes, todos sus autores tienen –al menos– una similitud: nacieron después de 1968 y forman parte de una generación que ha comenzado a intervenir prolíficamente en el presente de las letras locales. Los mapas que resultan de estos relevamientos son, por supuesto, insuficientes. Felizmente, también son exhaustivos y reveladores.

Federico Levin / Funes / Leonardo Oyola /Washington Cucurto / Marina Mariasch / Oliverio Coelho / Violeta Gorodischer / Leonardo Longhi / Ignacio Molina / Cecilia Pavón / Alejandro Parisi / Iosi Havilio / Sebastián Martínez Daniell / Natalia Moret / Nicolás Mavrakis / Romina Paula / Mariano Pensotti / Félix Bruzzone / Joaquín Linne / Diego Grillo Trubba / Ricardo Romero / Sonia Budassi / Hernán Vanoli / Juan Incardona / Maximiliano Tomas

viernes, 19 de octubre de 2007

jueves, 18 de octubre de 2007

Haré una henki-dama


Las preguntas de Patricio Zunini para Hablando del Asunto. Y mis respuestas.

¿Cómo aparece el barrio en tu relato publicado en Buenos Aires Escala 1:1? ¿Es el escenario, un personaje más, apenas un ambiente que sirve de disparador?

En Animétal, el barrio coreano es motor absoluto de la historia. Mi narrador, Taekwondo, se mueve –por eso se refiere a su hogar como Koreatown- igual a un guía turístico de ese lugar y de ese después de hora cargado de fuerzas y leyendas urbanas. De ahí que la noche también sea protagonista. La noche, sí. Pero no cualquier noche: hablamos de la noche en Koreatown. Taekwondo bien podría ser algo así como el anfitrión de los “Cuentos de la Cripta” y Animétal uno de los infinitos episodios que se pueden llegar a dar en ese barrio. Taekwondo será hijo de coreanos y podrá hablar ese idioma pero ante todo es un vago del Bajo Flores; fanático del animé, del cine de super acción y de ir a recitales. Para financiar sus gastos y gustos el coreano chorea. Ahora bien no sabemos si sale de caño o hace dedo, si versea. Averiguarlo, definitivamente, sale más caro.

Muchos han hablado de Buenos Aires. Borges, Cortázar, Marechal, Castillo, cuántos otros. ¿En cuál de todas esas Buenos Aires te reconocés?

Siempre digo que si mi hijo, Ramón, quiere saber como era yo a los veinte va a encontrar una respuesta en los cuentos de Los Estantes Vacíos. Esos relatos de Molina son como un verso de los Abuelos de la Nada: patean por una ciudad vacía. Y lo que generan, lo que a mi personalmente me emocionan, va más allá del valor literario que tengan en sí y de cuanto me identifico con sus personajes y barrios. Me encanta su actitud unplugged. Rocker y elemental. Creo también reconocerme en el Palermo Viejo, escenario del libro de Alejandra Zina, Lo que se pierde, como así también en las crónicas de Laura Ramos en Buenos Aires me mata y Ciudad Paraíso. Pero al haberme criado en el conurbano bonaerense los que más pintan lo que viví son Pablo Ramos, Ariel Bermani y Sebastián Pandolfelli.

martes, 16 de octubre de 2007

domingo, 14 de octubre de 2007

Molina se luce


DE LA NUEVA NARRATIVA ARGENTINA

¿qué escriben los que nacieron después de 1960?


MARTÍN KOHAN

IGNACIO MOLINA

PATRICIA RATTO

PAULA VARSAVSKY


Y el bonus track intergeneracional:

MARÍA ROSA LOJO


Coordina ELSA DRUCAROFF


Y como siempre, tragos y libros a buen precio

Domingo 14 de octubre, 18 hs en

Casa Brandon

Luis Maria Drago 236 (a dos cuadras de Canning y Corrientes).
Parque Centenario, Buenos Aires

viernes, 12 de octubre de 2007

DoDó 3



Mientras que en los `90 los poetas fueron los que recuperaron la escena literaria y salieron a leer y a crear nuevas editoriales y publicaciones que los representaran, los primeros años de este siglo están marcados por el gran impulso que los narradores han dado sus trabajos, agrupándose alrededor de múltiples lecturas, presentaciones y ediciones.


Dentro de la enorme diversidad de autores que circulan, inabarcable en una sola nota, entrevistamos a nueve escritores cuya similitud entre sí es ninguna o una: no hay género hegemónico o de “moda” que los regule y cada uno transita el desarrollo de su búsqueda personal en el oficio de narrar.




De izquierda a derecha: Gabriela Cabezón Cámara, Ricardo Romero, Federico Levín, Diego Vecchio, Ignacio Molina, Leonardo Oyola y Alejandra Zina.

Nota de Noelia Rivero. Fotografía de Paulo Fast.

jueves, 11 de octubre de 2007

miércoles, 10 de octubre de 2007

cabeZones



En

Los Mudos

leen:


Ariel Shalom
Agustín Valle
Alejandra Zina

mientras tanto, en el

salón de la justicia...

Facundo Palazzolo y Matías
hacen la música


Funes conduce el ciclo / sortea libros y cerveza /vende libros de la Editorial Funesiana


Miércoles 10 de octubre

El Conventillo de Teodoro

Jota de Perón 3615 - 22 horas - Gratis

lunes, 8 de octubre de 2007

lunes, 1 de octubre de 2007

jueves, 27 de septiembre de 2007

martes, 25 de septiembre de 2007

sábado, 22 de septiembre de 2007