1- ¿Cuáles son, para Ud., los libros de autores argentinos más significativos de la década? (Mencione cinco títulos en orden de prioridad.)
Los Sorias. Alberto Laiseca. Gárgola. 2004. (*)
La saga de los confines. Liliana Bodoc. Norma. 2000. 2002. 2005.
El origen de la tristeza. Pablo Ramos. Alfaguara. 2004.
Las islas. Carlos Gamerro. Norma. 2007. (**)
Noches vacías. Washington Cucurto. Eloísa Cartonera. 2003.
(*) (**) Ambas novelas editadas originalmente en 1998 por Simurg.
2- ¿Qué autores, argentinos y extranjeros, tienen gravitación en su obra?
Uno es esponja de lo que ve, lee y escucha. No solo la lectura de libros, revistas y cómics: también el cine y la música me formaron y me forman como narrador. Incluso las historias familiares y las leyendas populares trasmitidas de forma oral. Crecí con la colección Robin Hood, Sábados de super acción y el rock de pasillo. Alejandro Dumas. Los westerns y las películas de Leonardo Favio. Rata Blanca y la Creedence. Después se aparecieron las librerías de saldos de la avenida Corrientes, los cines de la calle Lavalle y los recitales de estadios. Y con ellos Arlt y Jim Thompson, Tarantino y Adrián Caetano, Guns’N Roses y Los Piojos. Hoy leo a Guillermo Orsi y a Cormac McCarthy, miro series en dvd y escucho a Doña María y Lil Wayne. Me gusta creer que rumbeo para el mismo lado con Pablo Ramos, Ariel Bermani y Gabriela Cabezón Cámara. Y si hay alguien a quien le debo, ese es el maestro Laiseca.
3- Para usted, ¿qué es hoy lo actual y lo caduco en la literatura argentina?
Como lector no creo que un texto venga con fecha de vencimiento. Lo que a mi me conmueve, lo que me genera diferentes sensaciones eso es lo que después recomiendo sin importar si fue publicado este año, en la última década o a principios del siglo veinte. Ahora bien, lo que veo, creo e impulso es la vuelta al género, a contar historias. Que no todo se agote en lo autobiográfico. Abanderar el género y dejar de considerarlo como literatura menor. “Literatura menor”. Por favor…Hoy el policial en nuestro país es punta de lanza. Yo lo que espero leer es lo que tienen para decir nuevas voces -y no tantas- en terror, ciencia ficción, fantasy...
4- ¿Cómo percibe las relaciones entre literatura y mercado?
Más que como un Boca- River más bien como una relación padre-hijo: necesaria y conflictiva. “Mercado” no debería ser una mala palabra. Lo mismo cuando se pronuncia “literatura”: tampoco habría que adosarle ese halo pretencioso y sagrado en el que generalmente se ve envuelta.
5- ¿Cuáles considera que son las principales instancias de legitimación literaria: la publicación en determinada editorial, el aval de escritores de prestigio, la universidad, la crítica periodística o académica, los suplementos literarios, los blogs, los premios, la presencia en mesas redondas y eventos culturales, la aceptación de los lectores?
Los editores, los colegas que ya tienen un nombre, los profesores y alumnos, los críticos, los periodistas, los administradores de páginas webs y blogs, los jurados de un concurso, los que organizan y van a mesas redondas y eventos culturales; todos en definitiva son en una primera instancia lectores. El hecho de que cualquiera de ellos haya elegido, leído y recomendado un libro entre tanta oferta es el piropo y el aliento que necesitamos todos los que nos dedicamos a escribir.
Publicado en la revista Ñ del sábado 21 de diciembre.