Uno cumple años e inevitablemente hace balances.
De todo tipo.
Y en estos últimos años no dejo de pensar que siempre que me puse a escribir una novela o un cuento jamás pensé que me iba a dar ese texto.
Siento el impulso.
Y solo quiero contar.
Contar algo.
Ahí está mi necesidad y mi ansiedad.
Hago lo mío.
Pongo lo mío.
Y soy tan feliz cada vez que tecleo el punto final.
Escribir...
También leer...
Por suerte los libros siempre te dan más.
Son tan generosos con uno como vos lo sos con la lectura y la escritura.
Mis libros me han regalado mucho.
Y de todo.
Y en este nuevo año de vida, el viernes recibí un mail de un profesor de secundario de adultos al que no tengo el placer de conocer personalmente. Mucho menos a sus alumnos.
Vi las fotos que me mandó.
Videos y audios que también vi y escuché.
Y cuando alcancé a leer escrito a mano en un pizarrón:
...de Leonardo Oyola...
Qué se yo.
Yo escribo policiales.
Y por ahí no da andar largando los mocos en público...
Pero estuve ahí.
Tuve muchos, muchos, regalos este cumpleaños.
Será por eso que uno de los más lindos que recibí lo quiero compartir con ustedes.
Gracias.
Muchísimas gracias.
A todos.