domingo, 28 de agosto de 2011
viernes, 26 de agosto de 2011
Finde en Olavarría
El escritor Leonardo Oyola dictará en Olavarría una charla sobre género policial. Será el próximo sábado desde las 15:30 en el Centro Cultural “Hogar San José”. Más tarde, a las 20:00, se ofrecerán “Textos policiales al atril” con la presentación de la novela Kryptonita del autor a cargo de María Inés Krimer, Alejandra Zina y Guillermo Del Zotto. La actividad es organizada por la Escuela Municipal de Letras.
jueves, 25 de agosto de 2011
La tristeza infinita
Balada triste de trompeta
# # # (3/5)
Carlos Areces, Antonio De La Torre , Carolina Bang.
Dirigida por Alex De La Iglesia
Después de la decepción que significó Los crímenes de Oxford tanto para la crítica como para sus seguidores, Alex De La Iglesia se repite como en su anterior paso en falso en el mercado angloparlante. Cuando Perdita Durango, su otro film hablado en inglés, no funcionó; el realizador de El día de la bestia volvió a casa, como el hijo pródigo bíblico, para demostrar de todo lo que es capaz su talento logrando una de sus películas más acabadas y celebradas: Muertos de risa.
Ya desde el afiche, Balada triste de trompeta nos hace desconfiar imaginando las posibles similitudes con aquella gran obra del ’99. Pero desde la primera imagen nos encontramos con algo diferente: con un capitán miliciano, interpretado por Fernando Guillén Cuervo, en la línea de la locura galopante del Teniente Coronel Kilgore de Robert Duvall en Apocalypsis Now o la de la terrible curda del Capitán de Aldo Giuffré en El bueno, el malo y el feo. Alguien que en pleno campo de batalla pone al frente de su regimiento a un payaso travestido, un soberbio Santiago Segura, para confundir al enemigo. Mejor dicho: para hacer que los soldados del otro bando sientan terror al verlo venir.
La película salta del ‘37 al ‘43 para después anclarse en la década del setenta donde seremos testigos del triángulo amoroso entre el hijo del personaje de Segura heredero del oficio, el payaso estrella de un circo en decadencia y la mujer acróbata de este último. La parte más superlativa de esta historia. Aquella que transcurre en la carpa. Aunque comience a experimentarse inevitablemente el deja vú con Muertos de risa. Cuando la historia abandona el circo y muestra el derrotero de sus antagonistas por separado pierde en intensidad y clima. Y ahí es donde De La Iglesia vuelve a jugar a ser el Robert Zemeckis de Forrest Gump –pensandolo bien: el de Quiero tener tu mano- haciendo interactuar a sus criaturas con el mismísimo Franco o depositándolos en el medio del atentado al Almirante Carrero Blanco.
Desmesurado, por momentos torpe, pero suelto como un toro en la arena; la furia y la amargura que el director le imprime al relato le han valido llegar a buen puerto pese a las falencias señaladas. De ahí obviamente la catarata de premios y nominaciones que ha cosechado este film. El título, salido de una canción de Raphael inmortalizada en estas latitudes por Estela Raval y Los Cinco Latinos, tema que se escucha tanto como un cover de Palito Ortega o una de las tantas versiones de La quiero a morir es un leit motiv al que se le adosa ese adjetivo, ese estado del alma que es lo triste. Lo infinitamente triste plasmado en un final desolador en el que los magníficos Carlos Areces y Antonio De La Torre han dejado de ser para siempre sus respectivos Javier y Sergio para convertirse en un payaso triste y en otro tonto que terminan encarnando literalmente.
Publicado en la RS Nro. 159.
miércoles, 24 de agosto de 2011
Chicos salvajes caídos lejos de la gloria
...intentaron quebrarnos,
parece que van a volver a probar...
En una semana en librerías, KRYPTONITA.
martes, 23 de agosto de 2011
Un lujo: Max Aguirre escribe sobre Kryptonita
El Conurbano es un lugar jodido. El paisaje te forma distinto, o te deforma. No sé. Las fantasías se hacen con remiendos de ropa vieja y ganas, muchas ganas, corajudas ganas de que al menos de vez en cuando haya algún gol para gritarle en la cara a la vida que nunca es como uno quisiera, que nunca se deja fácil y que siempre cobra caro.
El Conurbano es un lugar jodido y ni hablar La Matanza. ¿Usted, amigo lector, conoce La Matanza? ¿Sabe de qué habla Leo Oyola cuando habla de calles de tierra y hambre o de cómo es un hospital como el Paroissien? Si lo sabe, no hace falta que le explique qué pasaría si ahí cayera y se criara un bebé con súper poderes al que el peso inclemente de la marginación le hiciera cocinar a fuego lento odio y resentimiento; no hace falta que le cuente qué clase de Superhombre amargo y peligroso armaríamos todos como sociedad. Un Gólem morocho y marginal moldeado en la argamasa de ninguneos y desigualdades, que te quema por “dos mangos y las llantas”.
El Conurbano es un lugar invisible para el resto. Tal vez por eso fue que el protagonista de esta novela terminó cayendo en ese descampado de La Matanza y no en otro lugar y por crecer ahí, nadie se enteró de él hasta que empezó a volverse un peligro. Porque es así, el Conurbano sólo es mirado cuando se vuelve un peligro capaz de arrebatar lo que le corresponde por derecho y le niegan por costumbre.
lunes, 22 de agosto de 2011
El verbo es creer
En su última novela, Kryptonita, Leonardo Oyola construye un policial a su estilo y agrega este juego: ¿qué hubiera pasado si Superman nacía en La Matanza?. El autor, que publica en la colección Negro Absoluto y en Mondadori, realizará una charla sobre el género en nuestra ciudad convocado por la Escuela Municipal de Letras.
Por Guillermo Del Zotto.
gdelzotto@elpopular.com.ar
Discípulo y reivindicador de Alberto Laiseca, Leonardo Oyola ha logrado construir su propio altar kitsch. Sus premios nacionales e internacionales como novelista y su colaboración en artículos cinematográficos para Rolling Stones le ha permitido una legión de lectores que ahora conocen a una autor como define Sasturain en uno de sus prólogos: "fantástico narrador de raza. De raza Arlt -de raza perro quiero decir-: sin collar ni papeles ni vacuna, como debe ser y como se necesita".
El próximo sábado 27 a las 15.30 Leonardo Oyola dictará una charla abierta sobre el género policial en el Centro Cultural Hogar "San José", convocado por la Escuela Municipal de Letras. Y a las 21 presentará fragmentos de Kryptonita y se leerán textos policiales "al atril".
-¿Cómo sintetizarías el método para poder unir lo esotérico o la visión bizarra sobre los ovnis, sosteniendo una intriga policial al tiempo que se renueva el género?
-Es todo una cuestión de fe. Por parte del escritor en una primera instancia. Y después obviamente por parte de los lectores. El verbo es creer. Y de ahí en adelante. Me parece que desde siempre existió un bienvenido mestizaje del género. No creo que calificarlo como híbrido sea una mala palabra. Lo que pasa es que para ciertos círculos el policial es considerado literatura menor. El policial y otros géneros. Cuando se empieza a revindicar, los estudiosos hablan de las escuelas inglesa y norteamericana; de Poe, Conan Doyle, Hammett, Chandler... y en el camino dejan de lado a muchos autores provenientes del pulp como Frederick Davis o David Keller dueños de una imaginación desbordante y un sentido del timming que aún hoy resisten. Se puede afirmar que los coqueteos con el fantástico, el terror y la ciencia ficción han hecho evolucionar al policial y al género negro. Autores extranjeros actuales como Stephen Woodworth, Michael Marshall y John Connoly son la mejor prueba de eso.
-¿Vas a hablar de esos autores que nombrás en la clínica sobre el género policial que venís a dar en Olavarría?
¡Por supuesto! Ando recopado con los weird menace y los shudder pulps que son esos relatos sangrientos en los que también pueden aparecer monstruos y extraterrestres. Ver como de esas historias llegamos al policial tramontina local. Compartir lo que pueda dar desde el oficio. Lecturas, anécdotas... que la pasemos bien. Dejarles algunas historias y escuchar las que me quieran contar ustedes.
-¿Qué cambios puede advertir en Kryptonita el lector que te conoce por Hacé que la noche venga o Gólgota?
Gólgota es mi única novela en la que no coqueteo con el fantástico ni con otro género. Es un policial bastante heavy metal porque así lo requería la historia y no había lugar para el delirio. Kryptonita está en esa senda; pero al entrar el registro de después de hora -el narrador es un médico de guardia drogado que hace tres días que no duerme- me permito el juego de que es real y que no. Además de partir de una consigna propia del cómic como lo es el elseworld: otro mundo para una historia que conocemos todos. Yo en esta quise contar como hubiera sido Superman si en lugar de criarse en Estados Unidos lo hubiera hecho en un barrio de La Matanza. Kryptonita en eso es tan juguetona como Hacé que la noche venga.
-¿Qué ventajas y desventajas ves en este momento personal donde se te presenta como referente de una nueva generación de narradores?
No pienso en eso. Si me siento honrado que me lean. Tanto lectores como colegas. Y que comenten lo que hago. Es muy fuerte. Por eso quiero ser muy cuidadoso y poder devolver más de lo que recibo. No perder el hambre. Morir en esta.
-¿Cuál es tu opinión sobre la literatura como oficio?
Elegí ser escritor tiempo completo porque se muy bien que soy mejor persona mientras escribo. Y que así soy feliz. Puse mi fe en dedicarme a esto sabiendo muy bien de que voy a prescindir. Yo, Leo Oyola. ¿Que es un trabajo mal pago? Sí. Lo es. Como la albañilería, ponele. Pero a mí me pagan por escribir ficciones y, poco o mucho, eso lo agradezco. Soy un tipo afortunado. ¿Conocés una canción de Kiss que se llama Dios te dio el rocanrol? Los locos se ponen medio evangelistas y te proclaman que Dios puso el rock en el alma de todos. Y que si vos sentís un malestar es porque no estás largando eso que tenés adentro. También dicen que nunca va a ser tarde para trabajar de nueve a cinco. Bueno, yo el traje y la corbata no los quiero más. Al principio es fulero formatear el disco rígido y dejar de cobrar el cinco de cada mes. Meterte la mano en los bolsillos y solo sentir el forro del pantalón. Pero esto es así. Esfuerzo y dejar todo en la cancha. Es lo que me funciona a mí. No podría estar pensando en mis mundos si hiciera otra cosa que no tuviera que ver con la escritura. Dios nos dio el rocanrol y a cada uno la canción que va a cantar. Como yo no te canto ni en la ducha entonces bailo. Que se yo. Me gusta este baile, amigo.
Discípulo y reivindicador de Alberto Laiseca, Leonardo Oyola ha logrado construir su propio altar kitsch. Sus premios nacionales e internacionales como novelista y su colaboración en artículos cinematográficos para Rolling Stones le ha permitido una legión de lectores que ahora conocen a una autor como define Sasturain en uno de sus prólogos: "fantástico narrador de raza. De raza Arlt -de raza perro quiero decir-: sin collar ni papeles ni vacuna, como debe ser y como se necesita".
El próximo sábado 27 a las 15.30 Leonardo Oyola dictará una charla abierta sobre el género policial en el Centro Cultural Hogar "San José", convocado por la Escuela Municipal de Letras. Y a las 21 presentará fragmentos de Kryptonita y se leerán textos policiales "al atril".
-¿Cómo sintetizarías el método para poder unir lo esotérico o la visión bizarra sobre los ovnis, sosteniendo una intriga policial al tiempo que se renueva el género?
-Es todo una cuestión de fe. Por parte del escritor en una primera instancia. Y después obviamente por parte de los lectores. El verbo es creer. Y de ahí en adelante. Me parece que desde siempre existió un bienvenido mestizaje del género. No creo que calificarlo como híbrido sea una mala palabra. Lo que pasa es que para ciertos círculos el policial es considerado literatura menor. El policial y otros géneros. Cuando se empieza a revindicar, los estudiosos hablan de las escuelas inglesa y norteamericana; de Poe, Conan Doyle, Hammett, Chandler... y en el camino dejan de lado a muchos autores provenientes del pulp como Frederick Davis o David Keller dueños de una imaginación desbordante y un sentido del timming que aún hoy resisten. Se puede afirmar que los coqueteos con el fantástico, el terror y la ciencia ficción han hecho evolucionar al policial y al género negro. Autores extranjeros actuales como Stephen Woodworth, Michael Marshall y John Connoly son la mejor prueba de eso.
-¿Vas a hablar de esos autores que nombrás en la clínica sobre el género policial que venís a dar en Olavarría?
¡Por supuesto! Ando recopado con los weird menace y los shudder pulps que son esos relatos sangrientos en los que también pueden aparecer monstruos y extraterrestres. Ver como de esas historias llegamos al policial tramontina local. Compartir lo que pueda dar desde el oficio. Lecturas, anécdotas... que la pasemos bien. Dejarles algunas historias y escuchar las que me quieran contar ustedes.
-¿Qué cambios puede advertir en Kryptonita el lector que te conoce por Hacé que la noche venga o Gólgota?
Gólgota es mi única novela en la que no coqueteo con el fantástico ni con otro género. Es un policial bastante heavy metal porque así lo requería la historia y no había lugar para el delirio. Kryptonita está en esa senda; pero al entrar el registro de después de hora -el narrador es un médico de guardia drogado que hace tres días que no duerme- me permito el juego de que es real y que no. Además de partir de una consigna propia del cómic como lo es el elseworld: otro mundo para una historia que conocemos todos. Yo en esta quise contar como hubiera sido Superman si en lugar de criarse en Estados Unidos lo hubiera hecho en un barrio de La Matanza. Kryptonita en eso es tan juguetona como Hacé que la noche venga.
-¿Qué ventajas y desventajas ves en este momento personal donde se te presenta como referente de una nueva generación de narradores?
No pienso en eso. Si me siento honrado que me lean. Tanto lectores como colegas. Y que comenten lo que hago. Es muy fuerte. Por eso quiero ser muy cuidadoso y poder devolver más de lo que recibo. No perder el hambre. Morir en esta.
-¿Cuál es tu opinión sobre la literatura como oficio?
Elegí ser escritor tiempo completo porque se muy bien que soy mejor persona mientras escribo. Y que así soy feliz. Puse mi fe en dedicarme a esto sabiendo muy bien de que voy a prescindir. Yo, Leo Oyola. ¿Que es un trabajo mal pago? Sí. Lo es. Como la albañilería, ponele. Pero a mí me pagan por escribir ficciones y, poco o mucho, eso lo agradezco. Soy un tipo afortunado. ¿Conocés una canción de Kiss que se llama Dios te dio el rocanrol? Los locos se ponen medio evangelistas y te proclaman que Dios puso el rock en el alma de todos. Y que si vos sentís un malestar es porque no estás largando eso que tenés adentro. También dicen que nunca va a ser tarde para trabajar de nueve a cinco. Bueno, yo el traje y la corbata no los quiero más. Al principio es fulero formatear el disco rígido y dejar de cobrar el cinco de cada mes. Meterte la mano en los bolsillos y solo sentir el forro del pantalón. Pero esto es así. Esfuerzo y dejar todo en la cancha. Es lo que me funciona a mí. No podría estar pensando en mis mundos si hiciera otra cosa que no tuviera que ver con la escritura. Dios nos dio el rocanrol y a cada uno la canción que va a cantar. Como yo no te canto ni en la ducha entonces bailo. Que se yo. Me gusta este baile, amigo.
domingo, 21 de agosto de 2011
Elseworld
¿Qué hubiera pasado si una nave extraterrestre en lugar de aterrizar en un pueblo de Estados Unidos conocido como Smallville hubiera caído en un terreno baldío del partido de La Matanza ?
¿Qué pasaría si ese bebé, único tripulante del OVNI, cuando creciera no abandonara esas calles?
¿Desarrollaría todos sus poderes?
¿En qué creería?
¿Al servicio de quién estarían sus habilidades?
Y sobre todo, ¿por qué pelearía?
¿Por la verdad?
¿Por la justicia?
¿Por un estilo de vida?
¿O por un hijo? En nueve días en librerías, KRYPTONITA.
viernes, 19 de agosto de 2011
...y sí, ¿no?
Tenés visión de rayos X.
Disparás lásers por los ojos.
Sos indestructible.
Buen mozo y te peinás con jopo.
Encima volás.
Y...
Un poco te la tenés que creer.
Como canta Zambayonny.
¡Ah! Me lo mandó Sebastián Pandolfelli.
Y en menos de dos semanas
Kryptonita
llega a librerías.
jueves, 18 de agosto de 2011
Anhelo
“¡VOLAR!”,
dije mirando un termo,
“el sueño de los hombres
y los pájaros enfermos”.
INVIERNO DEL 92
El Cuarteto de Nos. Del disco Raro (2006).
KRYPTONITA
En 2 semanas en librerías.
miércoles, 17 de agosto de 2011
Los forajidos siempre nos tenemos Fe
-Bret…
-¿Sí, señor?
-Necesito saber algo, hijo.
-Lo que sea.
-¿Cómo sacaste ese as de picas?
-No me lo vas a creer.
-Soy tu papá: te voy a creer.
-Fue magia.
-¿Magia?
-Magia.
-…
-…
-Te creo.
-Gracias.
MAVERICK
(Richard Donner, EE.UU., 1994)
KRYTONITA
En quince días en librerías.
martes, 16 de agosto de 2011
Homero Simpson cree en Dios
“Se que no soy un hombre de Fe.
Pero si estás ahí en el cielo…
¡Sálvame, Superman!”
KRYPTONITA
En dos semanas en librerías.
lunes, 15 de agosto de 2011
Llega la bandaaa... descontroladaaa
¿Arriba? Flor de muñecos.
¿Abajo? Los súper amigos.
Desde el 1ro. de septiembre,
Kryptonita en librerías.
domingo, 14 de agosto de 2011
Nafta Súper
¿Arriba? El nuevo hombre de acero.
¿Abajo? Una panza cementerio de vacas y de pollos.
En septiembre, Kryptonita en librerías.
sábado, 13 de agosto de 2011
Juan Raro
¿En la parte de arriba? La tristeza infinita.
¿En la de abajo? La tragedia que la originó.
En menos de 30.240 minutos...
Kryptonita en librerías.
Kryptonita en librerías.
viernes, 12 de agosto de 2011
El Federico
¿Arriba? Un caballero oscuro.
¿Abajo? Los que patrullan a la noche.
En 504 horas más o menos...
Kryptonita en librerías.
jueves, 11 de agosto de 2011
La Cuñataí Güirá
¿La de arriba? Un ángel y un demonio.
¿Y la de abajo? Paraguayísima.
En 21 días Kryptonita en librerías.
miércoles, 10 de agosto de 2011
Ráfaga
¿El de arriba? Máxima velocidad.
¿El de abajo? Rápido y furioso.
En tres semanas, Kryptonita en librerías.
lunes, 8 de agosto de 2011
domingo, 7 de agosto de 2011
Dale lo mejor de cuando éramos chicos
El padrino de Ramón escribió que se hizo periodista especializado en cine por películas como Super 8.
Yo escribo también por la misma razón: la de necesitar profundamente creer en otros mundos.
Qué se yo.
Ojalá mi hijo veo muchas películas como esta.
Que se divierta.
Que se emocione.
Que sea él.
Y que sepamos encontrarnos, como con mi compadre, en reiteradas oportunidades los dos en la misma sala.
Yo escribo también por la misma razón: la de necesitar profundamente creer en otros mundos.
Qué se yo.
Ojalá mi hijo veo muchas películas como esta.
Que se divierta.
Que se emocione.
Que sea él.
Y que sepamos encontrarnos, como con mi compadre, en reiteradas oportunidades los dos en la misma sala.
viernes, 5 de agosto de 2011
Dos a quererse
Los escritores Fernando del Rio y Sebastián Chilano se presentarán el 8 de agosto en La Tribu de Almagro luego de la publicación de su novela El Geriátrico (Ediciones B 2011), segundo volumen de la “trilogía de Furca”.
Durante la charla, que se iniciará a las 19, del Rio y Chilano explicarán sus experiencias en el arte de la escritura a cuatro manos, un método de creación literaria que cuenta en la Argentina con una rica historia. También debatirán sobre los tabúes dentro de la literatura, uno de los tópicos que sus novelas abordan sin imposturas.
Del Rio y Chilano publicaron en 2009 Furca - La cola del lagarto (Ediciones B) que fuera calificada como “magnífica e irreverente” en razón de desplegar una literatura de contacto, de roce, con personajes creados para no agradar a los lectores. En mayo último se asomó El Geriátrico, donde la obscenidad escatológica y la degradación del ser humano vuelven a impactar desde la pluma arrolladora de los dos marplatenses.Sebastián Chilano nació en agosto de 1976. Vive en Mar del Plata. Es autor de La Soledad del fuego, libro de cuentos premiado en el Concurso Osvaldo Soriano del año 2007. En 2009, junto a Fernando del Rio, publicó la novela Furca, la cola del lagarto. En 2010 fue finalista del VII Concurso Nacional de Cuentos Macedonio Fernández con su libro de cuentos La foto de la tercera página. Ese mismo año publicó el relato “Historia cierta de un soldado” en la antologíaTributo a Manuel Mujica Lainez en su centenario y la novela Riña de gallos. Es autor de otras tres novelas inéditas: Las reglas, Líbranos del mal y El formulario. Periódicamente escribe en su blog “En tres noches la eternidad”.
Fernando del Rio nació en Mar del Plata en 1972 y es el actual editor de la Sección Policiales del diario La Capital. Autor de las novelas Que Así Sea(Ediciones B, 2010), Furca la cola del lagarto (en co-autoría con Sebastián Chilano / Ediciones B, 2009), Tierra y Basura (inédita), y del libro de cuentos Botellones de Aire, premiado en 2008 en el Concurso Literario Osvaldo Soriano. Es, además, fundador de la revista literaria El Brote. En 2009, recibió el premio Lobo de Mar en Literatura.
jueves, 4 de agosto de 2011
Agarré un viento
En Siete & el Tigre Harapiento usé un disco de Duran Duran para titular cada uno de sus capítulos con el orden de las canciones de ese trabajo discográfico. Para Hacé que la noche venga nombres de series clásicas de televisión ambientadas en el far west. En Chamamé corresponden a los versos completos de una canción de Bon Jovi, dejando el estribillo para marcar los finales de la primera y segunda parte. En Gólgota utilizo los misterios para rezar el rosario. Y en los libros de la saga de la Víbora Blanca –Santería, Sacrificio, Aquelarre y Amén- el nombre y la forma en que salen las cartas de la baraja española utilizada para adivinar el futuro. Por ejemplo: La sota de copas al revés. En Bolonqui un partido de truco. En el índice de mi última novela se lee la letra de este clásico de Poison. O más o menos. En septiembre, llega a librerías Kryptonita.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)