La noche tiene otras reglas. O mejor dicho: a la noche, las reglas cambian. Lo intuye aquel que en esas horas duerme tranquilo en su casa. Y lo sabe, y muy bien, el que las vive. El que sale a la calle. Porque ya en esa acción, la de salir afuera, hay un inicio de viaje.
Y si pasas la noche en vela los límites entre lo real y lo onírico en algún momento terminan mezclándose sí o sí.
Más si le sumamos un condimento extra.
Algo de nafta.
Algo un poquito más estimulante que esos gin tonic que el narrador de la novela de Natalia se baja como agua.
Y ni hablar si esa noche sigue sumando más noches.
Porque dice el hechizo: seis noches despierta, seis noches vividas… y a la séptima, la noche soy yo.
Javier Franco, el protagonista de UN PUBLICISTA EN APUROS, anda de caravana. O para ser más exactos: viene. Viene de caravana. Y en ese viaje que se está mandando, ayer nomás, algo le salió mal y -ahora, ahora mismo- ese algo se está volviendo una cosa mucho peor.
Fabián (Casas), en uno de sus ENSAYOS BONSAI, habla de “La Bestia Salvaje”. De una película Jonathan Glazer en la que Ben Kingsley hace de un personaje que es la encarnación absoluta del mal. Lo peor de lo peor. Y sin embargo tiene un magnetismo, una seducción, con la que nos puede. Nos termina llevándonos para su lado.
Javier Franco, el Javier Franco de Natalia, es esa bestia salvaje de la que nos habla Casas. Una bestia salvaje que sueña…
Los sueños también tienen su clasificación. De los que no queremos hablar ni mucho menos vivir obviamente son de las pesadillas. Y como en toda pesadilla los fantasmas que nos aparecen ahí tiene la forma de los deseos del que sueña. O está viviendo eso. Javier, fascinado por cantos de sirenas que no le son tan desconocidos, se va a perder.
Será porque Javier le roba horas al sueño que a él, cuando menos se lo esperaba, le terminan afanando SU sueño. Y de ahí en adelante empieza su calvario. Con una cruz que el solito eligió llevar.
¿Tendrá un final feliz? Se lo deseamos. Terminamos hinchando por Javier Franco. Poniéndonos de su lado. Pero ojo. Que todo tiende a la repetición. Y que a Javier Franco le tira la noche. Y de ahí a que vuelva a pasarse de caravana, de ahí a que vuelva a soñar o a meterse sin saber cómo en una pesadilla ¿Cuánto puede pasar?
Leído en la librería Eterna Cadencia en la presentación de UN PUBLICISTA EN APUROS, novela de Natalia Moret.