(Por Lucas Cremades). La legendaria y temerosa banda criminal de Nafta Súper irrumpe durante la madrugada en una sala de emergencias del Hospital Paroissien, de Isidro Casanova, llevando a su líder –Pini, para sus leales compañeros– muy mal herido. El médico de guardia, que instantes antes se viera obligado por un policía a dejar morir a un pibe chorro baleado, recibe otro ultimátum a punta de pistola: lograr que el cabecilla llegue con vida hasta que la luz del sol se pose sobre ellos.
De inmediato, la historia propuesta por el narrador –presente en la trama, ya que es el nochero que hace horas extras reemplazando ilegalmente a los médicos que no soportan el destino de una guardia de hospital– combina una serie de secuencias y vivencias populares, provistas por personajes debidamente contados, para que lo marginal se vuelva entrañable y para que lo real se confunda con lo fantástico.
Leonardo Oyola, nacido en el oeste del Gran Buenos Aires, se lanza entonces a una historia de superhéroes: Lady Di, El Faisán, Juan Raro, Ráfaga, Cuñataí Güirá y el Señor de la Noche enfrentarán al Cabeza de tortuga, estirando la noche y hasta que salga el sol, momento en que el líder, Pini, deberá salir con vida de esa misteriosa encrucijada, una vez más.