El mapa y el territorio, de Michel Houellebecq.
Betibú, de Claudia Piñeiro.
¡Indígnate!, de Stéphane Hessel.
El guacho Martín Fierro, de Oscar Fariña.
Libertad, de Jonathan Franzen.
El paraíso argentino, de Claudio Zeiger.
Repensar la justicia..., de François Dubet.
Kryptonita, de Leonardo Oyola.
Cómo cambiar el mundo, de Eric Hobsbawm.
Némesis, de Philip Roth.
Kryptonita, de Leonardo Oyola
Escribe Javier Sinay
La nueva fábula de Leonardo Oyola es un libro fantástico. Y lo es literalmente, porque Kryptonita cuenta las aventuras de Nafta Súper, el temible líder de una banda de hampones de los barrios del Oeste que en una noche fría cae herido de muerte en la guardia del Hospital Paroissien, de Isidro Casanova, y sin embargo no muere. Al contrario, es demasiado robusto para morir, y el médico que lo recibe ni siquiera puede colocarle una inyección de adrenalina porque la aguja se dobla cuando intenta penetrar su piel. Así, el doctor se convence de que el paciente es un superhombre suburbano y marginal.
“Me gustaba la idea de recrear la historia de Superman en La Matanza y primero pensé en hacerla de modo lineal, pero después me di cuenta de que tenía que modificarlo todo y prestarle al protagonista cosas mías, de mis amigos y de mi hermano”, dice Oyola, que escribió siete novelas en las que no faltan la violencia ni la fantasía ni el barro.
Con esos condimentos, este discípulo del escritor Alberto Laiseca (y fanático del policial sazonado con terror) se convirtió en un referente e inauguró una nueva veta en el policial argentino.
Con esa marca su novela Chamamé ganó el Premio Dashiell Hammett (un importante galardón del género policial en español) en la edición 2008 de la Semana Negra de Gijón, la feria dirigida por el escritor hispano-mexicano Paco Ignacio Taibo II.
En Kryptonita, como en muchos de sus otros textos, Oyola captura el habla más popular como en una fotografía: “Yo no podría haber escrito esta novela dejando de lado el argot”, admite.
“Lo que tiene el argot de nuestros tiempos es una velocidad de mutación increíble. En algún momento, alguien escribirá una novela grossa sobre el paco, pero por ahora es un tema reciente y es difícil escribir cuando todavía está ardiendo el fuego.”