martes, 3 de junio de 2008

¿Gato? No. Leona


-¡Uy, pero cómo paró la cola el gato! ¡Mirala vo’ a la rubia!
-Hay que agarrarla de los bigotes y atarla de trompa a las rejas, así aprende.

La rubia es Julia Zarate, interpretada por Martina Gusmán, personaje a la que la actriz llegó a conocer muy bien. “Después de la experiencia que tuvimos en Nacido y criado, donde fue mucho más chiquita mi participación, pensamos en la idea de trabajar juntos en una película en la que yo fuera la protagonista. Pablo me pidió que empezara a escribir la historia teniendo en cuenta tres personajes en una sola locación. Yo le di cuarenta páginas en las que contaba un triángulo amoroso que termina con un asesinato. Pablo lo ve y me dice: ¡esto está buenísimo! Va a ser el comienzo de la peli. Eso me sirvió para la construcción de Julia antes de entrar a la cárcel. La idea pasaba por no caer en el estereotipo. Julia era una diva de clase media alta que tiene que aprender a sobrevivir en un medio hostil, encima embarazada. Se adapta a lo que le toca vivir. Y esos cuatro años adentro, como su maternidad, terminan de transformarla”.


Martina, también madre, sabía que era fundamental para su interpretación el vínculo con Tomás, su hijo en la película. “Cuando ella puede amamantar a su bebé por primera vez, cuando suena duermete niño, para mi es un momento clave”. Obviamente, al ser una interna, Julia Zárate como mujer tiene características muy específicas: “Lo trabajé desde lo corporal, la volví más animal, instintiva. Hay algo innato como madre que una haría cualquier cosa por su hijo. Julia va aprendiendo a ser mamá y a establecer ese lazo. Sus cambios emocionales concretos le van modificando estructuras. Ahí está su relación con los otros personajes. Marta –Nota: la actriz Laura García, del grupo barrial Catalina Sur; junto con la misma Gusmán las revelaciones de la película- es muy importante porque le da una idea de familia que ella no tenía. También descubre que no puede permitirse ser débil. Y en algún punto termina siendo como la madre de su propia madre”; interpretada por la actriz y cantante Elli Medeiros.

La actriz habla honestamente de los prejuicios y fantasías que tenía a la hora de empezar la composición de su criatura, de la ansiedad y miedo que le daban no saber con qué se iba a encontrar y cómo lo iba a manejar. “Cuando me empecé a comprometer afectivamente con las internas y sus historias vi situaciones de mucha solidaridad. Lo básico: la privación de la libertad. No es lo mismo imaginarla que sentirla todos los días. Eso es algo que nos dio filmar dentro de un penal. Puede parecer obvio pero en algún punto pasa lo mismo con la maternidad: hasta que no lo experimentás en carne propia no podes hablar de eso. El amor, darlo y recibirlo, es algo que te deja marcado. Imaginate como debe ser dar y recibir amor en situaciones tan terribles. Julia es un personaje muy transformador”, concluye. Y sí, como dice la calle; la rubia, la mamá de Tomás, evidentemente es de las que se paran de manos.