Con una fuerte crítica social de por medio, los personajes heroicos de historieta, por un lado, y su hábil manejo del género policial, por el otro, Leonardo Oyola trae a las librerías su última publicación.
Hay veces en las que romper con el molde y proponer situaciones nuevas ayuda a generar una nueva visión. Pero esto no siempre es factible de aplicación en la cotidianeidad de cualquier persona. Sin embargo, no hay duda de que la ficción es el mejor elemento para llevar esta acción a cabo. Pues, esta decisión fue la que tomó el escritor matancero Leonardo Oyola con su obra Kryptonita.
¿Por qué elegiste La Matanza como escenario?
Porque yo nací y me crié en Isidro Casanova, en el barrio Los Pinos. Mi intención era tomar personajes populares y prestarles mis vivencias, las alegrías y las tristezas por las que pasé, como así también, los ambientes por los que anduve. Quería un libro que oliera a las calles que tan familiares me fueron durante mucho tiempo y a todo lo que yo recordaba. Sin duda es la novela más autobiográfica que escribí.
Desde la técnica literaria, ¿en qué se distingue de las demás novelas?
En Kryptonita, hay un trabajo muy minucioso con la personalidad, porque, si bien hay una voz narradora principal, que es la del médico, el lector puede conocer la historia del protagonista a través de lo que cuentan los miembros de su banda. Esto implica trabajar voces múltiples de manera continua y dejar de contar la historia de un modo lineal.
Asimismo, el escritor comentó que siempre le llamó la atención que los restos del planeta de origen de Súperman, Krypton, sean los elementos que lo debilitan. Es por eso que le dio un giro al tinte perjudicial de la Kryptonita y la hizo presente de una manera simbólica y abstracta. “En este caso, lo que debilita a Súperman no es una extraña piedra, sino lo que lo rodea. Pensé que, si en lugar de intentar volar luego de caer herido, se hubiese quedado en el barrio tirado en una esquina y tomando alcohol, eso iba a ser su propia kryptonita”.Otra de las particularidades que presenta la obra es que los nombres de cada uno de los “Súper Amigos” mantienen una conexión con personajes clásicos del cómic y con los códigos del western, género cinematográfico predilecto de Oyola. Tanto es así que, por ejemplo, Flash es nombrado como “el Ráfaga”, Linterna Verde es “el Faisán”, el Detective Marciano es Juan Raro y Cuñataí Güirá es la Chica Halcón, entre otros.
Marca registrada
Mediante un extraño ritual que mantiene hace años, Oyola se tatúa en diferentes partes del cuerpo el título de la novela que acaba de escribir. “Fue idea de un amigo que me lo propuso cuando no podía terminar una de mis primeras novelas por un mal momento personal. Vio que era una forma de comprometerme”, explicó.
En paralelo
Además de su continua actividad como novelista, Oyola colabora con la revista Rolling Stones como crítico de cine. También escribe relatos que son publicados por diversos periódicos de España y coordina un taller literario con alumnos interesados en la literatura.